domingo, 21 de febrero de 2010

La magdalena

Parece que llegan otra vez las quejas silenciosas y el frío a destiempo, una sensación más de huesos que de piel. Parece que cuando intento acercarme a tí el hielo aparece con sus intromisiones sorpresivas para congelarte las vísceras, y que tan sólo quieres irte a casa, porque tienes sueño, dices, porque hace frío, porque ya es tarde. Y sin embargo si fuera yo el que dice que ya es tarde, romperías a llorar como me han contado que hacen las magdalenas, porque yo nunca las he visto, inundando tus mejillas con toda la sal que tienes acumulada.

Pero estate tranquila, tápate fuerte con tus sábanas de lana, y abrázate a ti misma con esa suerte de manos con las que te han bendecido. Yo ya no voy a nadar más a contracorriente para robarte un beso como si estuviera cometiendo un crimen. Los viernes te pones cariñosa y crees que los halagos llegan a tiempo, pero no es cuestión de eso, y si intento demostrártelo con indiferencia, tu sólo comprendes, con tus procesos mentales dignos de estudio, cosas cercanas al despropósito. 
El otro día, sin ir más lejos, llegaste con esa sonrisa insólita, más propia de cuentos que de este mundo nuestro, dispuesta a echarme cosas en cara, pero con finura, como si estuvieses de rodaje en Hollywood y hubiera cámaras en cada esquina. Sin ganas te sentaste, y comenzaste a pasar hojas, fingiendo, haciéndome creer que verdad te interesaba algo de lo que leías y no tenías la cabeza en otro mundo; me hiciste caso omiso, y después eres tú la que pone los ojos en blanco y se ofende cuando no le regalan flores cada mañana. 
Y es que la lluvia también complica mucho las cosas, con su humedad y esos nervios que transmiten las gotas, que me incitan a peinar recuerdos y redescubrir viejos fracasos. Luego de meditar te miro a la cara y es cuando me doy cuenta de que aunque ahora seas tú y no otra persona, la lluvia siempre vuelve a caer, los febreros siguen trayendo nieve y los niños mocosos nunca dejan de preguntar. 
¿Cómo voy yo a cambiar estas dudas que arrastro por costumbre? 
Quién sabe desde cuándo me sucede esto, tan humano y tan poco animal, porque hubo un tiempo en el que me sucedía y me ponía triste, y otro en el que intentaba que no sucediese y seguía triste, y daba igual que estuviera en la playa al sol o en una piscina con los pensamientos húmedos y solitarios, porque siempre están presentes los autoreproches, tenga las manos en los bolsillos, encienda un cigarrillo con mi clipper o mire el techo ambarino de mi habitación. 

Así que, darling, cuando vuelvas a intentar convencerme con tus labios cremosos y esos ojos que brillan según tus intenciones, te diré que ya es tarde, y veremos si la indiferencia consigue cumplir tus expectativas, porque yo estoy demasiado perdido conmigo mismo para comprender qué es lo que quieres en realidad, ni qué has querido desde el primer momento, si me das y me quitas, y los presuntos paraísos quedan cada día más lejos, más para los bufones como yo, a los que siempre consigues engañar. Prometes futuros, y no hace falta. Ya vendrán por sí solos.

7 comentarios:

Carla dijo...

vendrán por solos, pero estáte atento (por si acaso).

Te estaba echando de menos ya...

un besito

Laura M. dijo...

El frío es la excusa más vieja.

Deliciosa entrada, cada vez me place más leerte.

Un beso.

Anónimo dijo...

Es un texto que catalogaría como sublime, perfecto, sensual, climácico, etc...
Su gran calidad léxica se encuentra en todos los rincones de mi cuerpo tras haber leido esta obra de arte. Y de la calidad sintactica para que hablar? si es la sintaxis a la perfeccion.

Carla dijo...

como estás? qué tal los estudios? y la vida en general?

un besito enorme Fidel

pd: VUELVE

Carla dijo...

Es lo peor pero empieza lo mejor :)

Pues bien, tengo bastante tiempo libre esto de empezar semestre...pero la verdad es que llevo una época de poca inspiración (cosa preocupante).

Un besito enorme

Carla dijo...

karlita.2@hotmail.com


:)

Anónimo dijo...

Eres muy bueno y lo peor es que lo sabes... jejeje

Creo que un dia de estos que tenga poco que hacer te suplicare que me ayudes a hacer un blog de estos, porque verdaderamente yo tambien tengo unas cuantas lagrimas que derramar sobre papel, en forma de oscuras lineas de tinta cibernetica.

M