martes, 26 de enero de 2010

Tretas


Miraba por la ventana en el preciso instante en el que el tiempo se detuvo. Mi primera reacción fue cerrar los ojos con fuerza para volverlos a abrir a la espera de que los coches siguieran circulando, pero no fue así.
Llevaba unos meses experimentando con drogas blandas y me habían dicho que los efectos secundarios podían sorprenderme, sin embargo, aquello era demasiado.
Así que cuando el tiempo se para, la ley de la gravedad también deja de actuar, me dije.
Y es que algunos peatones se habían quedado estáticos con un pie en el aire, como si esperasen el paso de una desprevenida cucaracha. Otros tenían posturas tan forzadas que parecían marionetas de trapo o estilizados guiñoles. Pero lo que más me impresionó fue un skater con complejo de albatros que persistía en el aire con los brazos extendidos como si  hubiese previsto aquel curioso incidente.
Lo sé. Los más vulgares pensaréis que me precipité a tomar fotos e inmortalizar el instante; los románticos opinaréis que debí quedarme contemplando la escena, o salir a la calle para experimentar como quien no se conforma con ver la nieve desde la ventana. Estoy convencido, es más, de que vosotros, los de espíritu vándalo, ya habéis tenido tiempo suficiente para estudiar el abanico de posibilidades criminales que se abrió ante mí en aquel instante.
¿Qué hice?
Imbuido por la sensación de que aquello no sería eterno, salí a la calle y corrí hacia tu casa con un ansia poco habitual. Trepé por la ventana de tu habitación —siempre abierta y te encontré tumbada en la cama, leyendo.

Me acomodé junto a ti, y tras meditar unos instantes la legitimidad del propósito, te besé por fin, después de tantos anhelos, tristezas y desconciertos.
Y disfruté el instante más que ninguno anterior.
Cuando me alejaba de tu boca y tenía en mente el broche final: [...] y sólo pude besarla el día que el tiempo se detuvo... me miraste a los ojos y murmuraste con una sonrisa burlona:
Por fin.
Y después, mientras me besabas con las ganas acumuladas durante largos años de sequía, comprendí.
Ahora conozco muy bien tus armas, así que vete olvidándote de las confabulaciones colectivas.

Ya puedes ir ingeniando nuevas tretas.

6 comentarios:

Ελισσα G∅² dijo...

=O qué bonito!

"Tretas (I)" quiere decir que habrá más, verdad? ;)

Shadow dijo...

'Por fin'. Jo, pues también podía haber dado el primer paso ella, seguro que le habría ahorrado bastantes malos ratos.
Y espero con ansias que haya una segunda parte ^3^
Un abrazo!

Fernando García-Lima dijo...

¿Continúa?

Me ha gustado ese momento del beso. Me habría gustado hacer eso muchas veces :-)

Carla dijo...

quiero segundas partes y quiero más partes.

Acabé mis exámenes:D


un besito señorito

Carla dijo...

tardas en volver:(

Anónimo dijo...

Gran documento Tretas. Tiene una grandísima calidad léxica y sintáctica y una gran disposición de los elementos.